La capacidad sistémica de completar los procesos de adquisición de productos o servicios, pasando por su producción o preparación, consumo y eliminación. Implica el conocimiento detallado de quién, cómo, cuándo y dónde se consumió un producto o servicio.

En industrias como la alimenticia o farmacéutica, la trazabilidad se convierte frecuentemente en un requisito legal. Por ejemplo, se exige una identificación minuciosa del proceso de producción y los resultados de las inspecciones por parte de las autoridades competentes.

La implementación de la trazabilidad permite a las organizaciones retirar del mercado aquellos productos no aptos para el consumo. Además, facilita la identificación de responsabilidades en la elaboración de productos o prestación de servicios. Ante una queja de un usuario, se puede determinar en qué punto falló y quién fue el responsable, lo que permite tomar las medidas correctivas necesarias.

En el ámbito de la salud, el seguimiento de ciertos medicamentos es un requisito legal establecido por organismos de control como la ANMAT.

Este requisito de trazabilidad, que es fundamental para asegurar buenas prácticas, está también contemplado en la norma ISO 9000:2015, específicamente en su párrafo 8.5.2 sobre Identificación y Trazabilidad.

El cumplimiento de este requisito se basa en la determinación y ejecución de métodos de identificación y trazabilidad, los cuales deben ser documentados. Para este propósito, se puede utilizar herramientas como el sistema ERP proporcionado por Softlatam.